—¿A qué
te dedicas? —
—A
enamorar con las letras, amar bajo las sábanas y a robar sonrisas—
♥...
Me extrañarás, no cuando te diga adiós; sino cuando te diga 'hola' y no te sonría.
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Si te olvidé, fue en defensa propia.
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Ocho letras, un pronombre: Nosotros.
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Que bonito es vivir en el paraíso de sus ojos, ojalá y nunca sea desterrada por uno de sus pestañeos.
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Tú sólo léeme, que de enamorarte me encargo yo.
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Me heriste justo en donde me dolía más: en nosotros.
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Ya no sé pensarte sin sonreír un poco.
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Te lamentarás cuando me leas y ya no te sientas en mis letras.
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Te invito a leerme, te prometo sonrisas...
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No me preguntes a donde voy, toma mi mano y descúbrelo.
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Si el destino está escrito, espero que estemos por lo menos en la misma página.
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Tú sólo sonríe y yo te daré motivos para que no dejes de hacerlo.
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Los latidos a tu corazón deberían ser como la sonrisa a tu rostro.
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Discúlpame por esperarte con las páginas en blanco para hacernos historia.
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Si me fallas, ya no seré yo: será mi orgullo.
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A veces un ladrón de sonrisas también necesita que le roben una de vez en cuando.