Mira que vueltas da la vida ¿Qué vienes hacer por aquí? Hace mucho tiempo te fuiste sin ponerle a este cuento un fin. Quizá y la curiosidad te mata por saber qué ha sido de mi vida, ¿Si me hiciste mucha falta? O ¿Si hubo alguien que supo hablarme sin mentiras? En realidad las cosas respecto a mi persona no han cambiado soy la misma que conociste hace años, aún me desvivo por el canto y a diario escribo ya sin recordarte o dedicarte algo. ¡Claro!… Todavía escribo bonito y no falta día en que no regale un verso, carta, detalle o frase a un ser amado. Sí, eso que piensas ¡también! me sigue gustando sacar una sonrisa o un te quiero a cualquier ser humano.
Para serte franca mi persona dio un giro de 360 grados ahora mi profesión es sentarse a escuchar a la gente, me gano la confianza de los extraños y ayudo a quien se puede, ¿qué? Tal vez y creías que sin ti todo lo echaría por el retrete o que cambiaría y que mi aspecto sería el de un amargado indigente.
¡Bah! conmigo no va eso. Tengo muchos sueños y a diario poco a poco los voy cumpliendo, inhalo aire y exhalo éxitos. Pero dejemos eso, y para ser honesta no se qué pretendes al enviarme invitaciones con recuerdos, no sé que buscas al pararte frente a los viejos sentimientos. Para tu conocimiento el timbre se descompuso en una de las tantas lloviznas, se mojaron mis mejillas y hubo goteras en mi barbilla... Lo siento, no se me da por arreglar los cortos circuitos que dejan las mentiras. Además hace un año que para ti ya no pongo alfombra de bienvenida, tus muebles de la sala sentimental los tiré a la alcantarilla y los cuadros con dedicatorias y fotografías se los regalé al fuego para que los convirtiera en cenizas…
¡Ya sé! Venías por lo que dejaste en mi vida, que pena… Pero no se me da por guardar lo que las personas olvidan.